Por qué la contaminación no es buena amiga de nuestro corazón y qué podemos hacer para mitigar sus daños

Por José Ángel Cabrera Rodríguez y Gonzalo Pizarro SánchezJefe del Departamento de Cardiología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo

Por qué la contaminación no es buena amiga de nuestro corazón y qué podemos hacer para mitigar sus dañosSegún la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica es responsable de uno de cada cuatro fallecimientos por cardiopatía isquémica, así como del 24% de las muertes por accidentes cerebrovasculares.

Multitud de estudios observan que una mayor exposición a la contaminación atmosférica aumenta la probabilidad de sufrir infartos, paradas cardíacas, y otras enfermedades cardiovasculares. Precisamente, diversas investigaciones sugieren que aumenta el riesgo cardiovascular, siendo el infarto la principal consecuencia.

Para comprenderlo hay que tener en cuenta la acción de unas pequeñas partículas en suspensión, llamadas ‘PM2.5’, que son uno de los indicadores de la contaminación en el aire. Su tamaño es menor de 2,5 micras de diámetro y están producidas por diversas fuentes, como el tráfico, la combustión, o el polvo. Al inhalar estas sustancias pueden pasar a la corriente sanguínea y favorecer el desarrollo del síndrome coronario agudo, así como otros problemas del corazón.

A quiénes afecta más

Es más, a día de hoy, las evidencias científicas son suficientemente robustas como para asegurar que deben tomarse medidas efectivas para mantener los niveles de PM2.5 por debajo del umbral de seguridad, protegiendo en consecuencia a las poblaciones con mayor susceptibilidad al infarto.

Concretamente, los más vulnerables a la alta exposición a PM2.5 son los jóvenes (0-34 años) y los ancianos (≥75 años). Además, los residentes en zonas más densamente pobladas o más pobres y las personas con comorbilidades corren un mayor riesgo.

Influencia de la contaminación en la salud cardiovascular

Así con todo, estos serían los 5 principales riesgos de la contaminación en el corazón:

1.- Aumento de infartos o ataques al corazón: La mayoría de los estudios observan en sus resultados que existe un mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio después de un aumento en la exposición a PM2.5, durante los días o semanas previos.

2.- Más riesgo de parada cardíaca en enfermos del corazón; otro dato que evidencian la mayor parte de las investigaciones es que los elevados niveles de PM2.5 están relacionados con una mayor posibilidad de sufrir una parada cardíaca en personas con enfermedad coronaria; hay que añadir que el origen coronario es la causa más común de muerte súbita.

3.- Empeoramiento de las arritmias: Un metaanálisis también recoge que la exposición a estas pequeñas partículas contaminantes, a corto plazo, se relaciona con altas tasas de hospitalización o mortalidad por arritmias; añadir que la fibrilación ventricular es una de las arritmias que puede ser causa directa de fallecimiento cardiaco.

4.- Favorece los episodios de insuficiencia cardiaca aguda: en áreas con una contaminación del aire moderada o alta a largo plazo, la exposición a corto plazo a altas concentraciones de contaminación PM2,5 y PM10 se correlaciona positivamente con Insuficiencia cardiaca aguda.

5.- También se relaciona con la incidencia de ictus, más en pacientes mayores y en épocas de frío (invierno).

6.- Incremento de la tensión arterial: La contaminación atmosférica se asocia con el aumento de la tensión arterial; en concreto, lo que asegura otro metaanálisis es que la exposición a PM2.5 a corto plazo está relacionada con una mayor posibilidad de sufrir hipertensión; sin embargo, no se observó lo mismo tras una exposición más prolongada; otros estudios de cohorte y experimentos en animales han evidenciado que, a largo plazo, la exposición a estas micropartículas en el aire se asocia a una alta tensión arterial.

Minimizar los daños de la contaminación

Sin duda es labor de todos, administraciones, profesionales sanitarios y otros colectivos, educar a los ciudadanos sobre los efectos nocivos de PM2.5, e informar de los medios por los que se puede obtener información actualizada sobre niveles de PM2.5 y cuáles son las medidas preventivas más adecuadas.

José Ángel Cabrera Rodríguez y Gonzalo Pizarro Sánchez
José Ángel Cabrera Rodríguez y Gonzalo Pizarro Sánchez

De ahí que, si buscas minimizar la exposición a estas partículas contaminantes, conocidas como ‘PM2.5’, sigue las siguientes recomendaciones:

  • Caminar o ir en bicicleta en lugar de conducir, evitando calles con tráfico.
  • Comprobar los niveles de contaminación atmosférica a través de aplicaciones móviles que indican cómo es la calidad del aire.
  • Consumir fruta y verdura.
  • Evitar zonas muy contaminadas.
  • Hacer ejercicio regularmente en rutas verdes.