¿Te duelen las piernas al caminar o tienes alguna herida que no cura?

Dr. Pablo Gallo y Santiago ZubicoaJefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular, y responsable de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Ruber Internacional de Madrid.

¿Te duelen las piernas al caminar o tienes alguna herida que no cura?Aunque parezca mentira existe una patología, la enfermedad arterial periférica, donde el dolor en las piernas al caminar es tan intenso que obliga a la persona a pararse, por esta razón también es llamada la enfermedad del escaparate. Asimismo, se conoce como ‘claudicación intermitente’, es uno de los principales rasgos que la caracterizan. Este dolor empeora progresivamente en intensidad y cada vez surge al andar menor distancia, hasta el punto de aparecer inclusive en reposo o al estar en la cama, impidiendo el adecuado descanso.

También es típico en esta patología que la piel de las piernas tenga un color pálido, y que apenas crezcan los pelos de las piernas y las uñas de los pies o el presentar un pulso débil en las piernas; así como el tener una extremidad más fría que la otra. En los casos de arteriopatía severa como en el síndrome de Leriche, el hombre puede presentar problemas en la erección y disfunción eréctil.

La aterosclerosis es la causante de esta patología

Concretamente, esta patología afecta las arterias que llevan la sangre a las extremidades, principalmente a las piernas, produciendo un estrechamiento (estenosis) u oclusión que bloquea o que dificulta el paso del flujo sanguíneo. La enfermedad arterial periférica es consecuencia de la aterosclerosis, que es la acumulación de depósitos de grasa (placas de ateroma) en la pared de las arterias, gracias a los hábitos de vida poco saludables, como el consumo de tabaco, sedentarismo o por padecer hipercolesterolemia (colesterol elevado en sangre), también la diabetes mellitus influye.

Este estrechamiento de las arterias podría avanzar progresivamente hasta ocupar toda la luz del vaso. Precisamente, en los estadios iniciales de la enfermedad, los síntomas son sutiles y pasan desapercibidos. Sin embargo, a medida que progresa el estrechamiento de las arterias, disminuye el flujo sanguíneo. Puede manifestar sensación de hormigueo y/o calambres y claudicación intermitente, que es el dolor que surge al andar, este síntoma suele confundirse con la patología mecánica, confundirse o camuflarse con problemas de artrosis o de la columna, por ello es importante el estudio arterial, para descartar que ese dolor no se produzca por causa vascular, incluso en algunos casos coexiste tanto la patología vascular como la patología traumatológica. Por ello es imprescindible el manejo integral del paciente.

Es muy importante recordar que pueden aparecer alteraciones cutáneas, como la presencia de lesiones que conllevan a problemas de cicatrización y complicarse con úlceras que no curan, también se ve asociada a la palidez y/o frialdad de uno o de ambos pies con disminución o pulsos ausentes, como hemos citado.

Mejorar la calidad de vida

Así, el abordaje integral del paciente es crucial para garantizar un manejo efectivo de la enfermedad arterial periférica, enfocado a mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de complicaciones como la pérdida de la extremidad.

Además, existen factores que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedad arterial periférica como el consumo de tabaco, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, los elevados niveles de colesterol, la obesidad, y el estilo de vida sedentario. Además de otros como la edad y los antecedentes familiares, que no pueden controlarse.

El diagnóstico

Para realizar el diagnóstico, cuando el paciente acude a la consulta se debe realizar una historia clínica completa que identifique los factores de riesgo, además de una exhaustiva exploración física.

El diagnóstico se complementa realizando un Eco-Doppler. Se trata de una herramienta inocua que nos aporta información sobre el estado de la circulación sanguínea. En algunas ocasiones es necesario ampliar el estudio realizando una arteriografía, u otras pruebas de imagen, para evaluar el grado de afectación y la extensión de la enfermedad.

El tratamiento, siempre individualizado

Con ello, es importante tener claro que el tratamiento deber ser individualizado en función del estadio de la enfermedad y de los factores de riesgo inherentes de cada paciente. Aquí es fundamental el control de estos factores y la adopción de un estilo de vida saludable. Estos cambios son esenciales en el manejo de las enfermedades cardiovasculares, el mantener un buen control de la tensión arterial, así como adecuados niveles de la glucosa y el colesterol en sangre, siguiendo una dieta equilibrada y nutritiva, realizar actividad física diaria; igualmente es crucial la abstención del consumo del tabaco. También es importante hacer hincapié en el cuidado de los pies y el uso de calzado adecuado, con el objetivo de prevenir la formación de heridas.

Además, una vez diagnosticada la enfermedad arterial periférica la prevención de las lesiones en los pies es imperativa, por todo lo que hemos comentado anteriormente, ya que una herida que no cura aumenta el riesgo de infección, de deterioro y necrosis de los tejidos y complicarse hasta llegar al punto de perder un pie o incluso una extremidad completa y en los casos graves producir una infección en todo el organismo (sepsis).

Pablo Gallo y Santiago Zubicoa
Pablo Gallo y Santiago Zubicoa

En el caso de una arteriopatía periférica instaurada, es fundamental iniciar tratamiento farmacológico e implementar en la rutina diaria hábitos saludables. En los casos de arteriopatía avanzada, cuando las heridas en los pies se cronifican y no curan o existe dolor invalidante o en reposo, será necesario realizar tratamiento de revascularización con el fin de hacer llegar más sangre a las piernas y restaurar el flujo sanguíneo.

El tratamiento puede ser de forma endovascular sin realizar incisiones y navegando en el interior de las arterias y en otras situaciones estará indicada la cirugía, la decisión terapéutica se tomará en función de las características individuales de cada paciente, por ello es importante la adecuada valoración en una unidad de patología vascular.

Es importante acudir a un especialista en angiología y cirugía vascular con experiencia, si se experimentan síntomas de enfermedad arterial periférica, para poder realizar un diagnóstico temprano, controlar los factores de riesgo, instaurar tratamiento y ralentizar la progresión de la enfermedad.