DOP, IGP: ¿Cuáles son los distintivos de calidad que existen y qué indican en cada caso?

Catalunya ha sido pionera a escala europea en los distintivos para proteger la calidad diferenciada, por ello son muchos los productos que en su etiqueta llevan distintivos de calidad, lo que significa que el producto en cuestión está muy arraigado a su origen y a la tradición del territorio al que pertenece. En el mundo de los distintivos de calidad hay mucha diversidad, y si bien uno de los más populares es el DO, aplicado exclusivamente en el ámbito de los vinos, en Catalunya hay 24 indicaciones geográficas vigentes de productos agroalimentarios muy diversos que permiten diferenciar estos productos en el mercado y destacar su valor. Entre todos ellos destacan el que hace referencia a las denominaciones de origen protegidas (DOP), y el de las indicaciones geográficas protegidas el (IGP). Ambos sellos presentan un diseño muy característico –uno rojo y otro azul- y sirven para identificar a los alimentos con la máxima garantía de origen y calidad que otorga la Union Europea.

La identificación DOP significa Denominación de Origen Protegida, y sirve para identificar un producto originario de un lugar determinado, cuya calidad o características se deben fundamentalmente a las características específicas de una determinada zona geográfica, y cuyas fases de elaboración del producto se realicen totalmente en el área geográfica en cuestión.

Identificar la calidad diferenciada

Cuando nos encontramos un sello con las siglas IGP, tenemos que saber que sirve para identificar un producto originario de un sitio determinado, que posee una calidad o características atribuidas a su origen geográfico, y del que al menos una de sus fases de producción, transformación o elaboración se hace en la zona geográfica definida. Este distintivo se puso en funcionamiento en 2006.

La razón de ser de estos distintivos es para asegurar al consumidor unas características de calidad diferenciada, en relación con el origen, las especificidades del sistema de producción, etc. Además, estos sellos han demostrado que las indicaciones geográficas potencian el motor de desarrollo económico de un territorio, dando prestigio al productor y confianza al consumidor. Conseguir el amparo de estos distintivos fortalece a las cooperativas de productos agroalimentarios, que a menudo, son las que más padecen las inclemencias variables que a menudo implica la meteorología.

Catalunya pionera en los distintivos de origen y calidad

Regular y velar por las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas es uno de los ejes de la política agraria europea. Pero estos distintivos de los que hablamos son anteriores a que existiese la regulación europea. La Generalitat de Catalunya quiso proteger y valorizar la riqueza de su patrimonio agroalimentario, entendiendo a este como un signo diferencial de la identidad cultural catalana. 

En la actualidad, la Generalitat de Catalunya tiene la competencia exclusiva sobre las denominaciones de origen y en materia de calidad de los productos agroalimentarios. Pero toda la regulación y la gestión que se hace desde las administraciones tiene sentido sólo porque hay miles de personas que están implicadas con empeño para  tirarlas adelante. Hay que tener en cuenta que la importancia de las DOP e IGP catalanas reside en los agricultores, ganaderos, productores, cooperativas, empresas, etc. que forman parte de los consejos reguladores y elaboran los productos amparados, entre los que se encuentran por ejemplo, el arroz del Delta del Ebre, las avellanas de Reus o los calçots de Valls, el aceite del Empordà, las peras de Lleida, las manzanas de Girona o la ratafia.

A la administración catalana le gusta dejar remarcar que la importancia de las DOP e IGP catalanas reside en los agricultores, ganaderos, productores, cooperativas, empresas, etc. Ellos son los verdaderos protagonistas y ellos son los que forman parte de los consejos reguladores y elaboran los productos amparados, entre los que se encuentran por ejemplo, el arroz del Delta del Ebre, las avellanas de Reus, el aceite del Empordà, las peras de Lleida, las manzanas de Girona o la ratafia, una bebida digestiva hecha de hierbas medicinales que cada vez cruza más fronteras.

Especialidad Tradicional Garantida (ETG)

Existe otro distintivo que no es tan conocido como las IGP o la DOP, se trata de la Especialidad Tradicional Garantida (ETG), un régimen de calidad, también regulado por la Unión Europea, que protege métodos de producción y recetas tradicionales. A diferencia de las anteriores, este sello no está limitado a una zona geográfica, por lo tanto, no tiene ninguna vinculación con el origen del producto. En Catalunya solo hay dos productos con este distintivo: los panellets i el jamón serrano.

Los sellos de calidad diferenciada son herramientas que sirven para complementar otras políticas, como las de desarrollo del mundo rural o las de soporte al mercado. También sirven para identificar y promocionar los productos locales y los métodos artesanales de producción.