DOP, IGP: por qué son necesarios los sellos de calidad

Público

Los sellos de calidad alimentaria son un certificado que corrobora el cumplimiento de unos requisitos que garantizan la calidad de un producto en toda su cadena de producción. Estos controles se dan tanto a nivel autonómico y estatal, como a nivel europeo dado que es la propia Unión Europea quien los establece para garantizar la autenticidad y el cumplimiento de la normativa vigente.

Dichos distintivos de autenticidad sirven para garantizar que un producto alimentario ha sido producido bajo unos estándares específicos, según el sello del que se trate. Existen diversos distintivos, entre los que destacan el (DOP) y el (IGP). El (DOP) garantiza la completa producción dentro de un paraje natural único, ya que se entiende que el entorno concede al producto unas propiedades inconfundibles que lo diferencian del resto. Por su parte el (IGP) se refiere a una Indicación Geográfica Protegida y garantiza que al menos uno de los procesos de producción se ha realizado en esa zona geográfica concreta.

El modelo alimentario catalán: diverso y de calidad

Catalunya es un territorio muy diverso por lo que se refiere al clima, el suelo y otros factores ligados a la producción agroalimentaria. Por ello, presenta una enorme riqueza de productos agrícolas y alimenticios, que representan las diversas tradiciones gastronómicas de las diferentes comarcas catalanas.

El sector agroalimentario catalán formado por la agricultura, la ganadería, la artesanía y la industria alimentaria, e incluso la restauración, forman parte del “modelo alimentario catalán”, que presenta un alto nivel de seguridad, diversidad y calidad de sus productos. Su diversidad y calidad diferencial constituye un patrimonio que los sellos de calidad ayudan a preservar y del que es necesario ampliar el conocimiento y el reconocimiento.

Producción sostenible y competitividad

Explicado esto, y garantizada la seguridad del producto, en la actualidad, los consumidores piden cada vez más información sobre el origen, los ingredientes, los sistemas de producción y las medidas de protección del medio ambiente a la producción agroalimentaria. Estos requisitos quedarían cubiertos en buena parte por la información recogida en el envase del producto, de acuerdo con la normativa obligatoria de etiquetado e información al consumidor. Pero, además, son necesarios distintivos o marcas que implícitamente aseguren al consumidor unas características de calidad diferenciada, en relación al origen, las especificidades del sistema de producción, etc.

Por todo ello, los productores agroalimentarios de Catalunya, dentro del marco de la Unión Europea (UE), que desean conseguir uno de estos sellos alimentarios trabajan para lograr unos productos de calidad y de elevada reputación, que les permita mantener la competitividad sin olvidarse de la sostenibilidad.

La Generalitat de Catalunya asumió, desde su reinstauración, competencias en materia de denominaciones de origen y de política agroalimentaria. Esta competencia fue recogida en el Estatuto de Autonomía de Catalunya del año 1979.